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sábado, 5 de febrero de 2011

PDG-Capitulo 11

Capitulo 11

Gines y Erik rodearon la casa para encontrar alguna manera de entrar en ella sin tener que alertar a los que ya estaban en su interior.

-Gines, ahí arriba.

Entonces lo vio, una ventana que daba justo al lugar donde escuchaban los gritos de su hermano.

-Rapido, subamos.

Erik asintió aun no estar seguro de que era eso lo que debían hacer, nunca ha sido de peleas y la verdad, no tenía ninguna idea de empezar ahora.

Pero era su hermano y no dejaría que otro ser querido pasara ante sus ojos.

Al llegar a la ventana, vieron a dos tipos atizando a su hermano como si este fuera papel, tenía la cara ensagrentada y parecía muy débil.

-Hijos de puta…

Erik miro a Gines tensarse como el acero mientras perdía el control que lo caracterizaba y golpeaba el cristal.

-¿Quiénes sois?

-¿Gines?

-¡Matadlos!

Gines corrió como una exhalación hacia su hermano golpeando a los dos tipos que lo tenían atado y mirando a Sergi con una ferocidad que lo asusto.

-¿Estas bien?

-Si…un poco magullado.

Erik apareció dándole un pequeño apretón a su hermano y le desato las cuerdas mientras Gines paseaba la mirada por el cuarto, la voz que había gritado que los matara no estaba en ningún lado, pero lo más raro es que…

Parecía voz de mujer.

-¡Idiotas!

La puerta se abrió de par en par rebelando a Marisa tras ella, la amante de su hermano, la cantante de aquel burdel…

La mujer del mayor traficante de armas del país.

-¿Marisa?

-Debí matarte cuando pude.

Sergi noto su mundo romperse en pedazos cuando le dijo aquellas palabras, la había amado más que a su vida, estaba dispuesto a darlo todo por alejarla de su marido y ella…

Solo buscaba matarlo.

-Zorra.

-No pensarías que me quedaría con algo como tu ¿no?

Esas palabras le arrancaron unas lágrimas, mucho más dolorosas de lo que estaba dispuesto a admitir.

Sin pensar en lo que hacía, se levantó y se lanzó a por ella agarrándola del cuello y empujándola a la pared con una expresión feroz en su cara.

Apretó sus manos alrededor de su cuello, deseando matarla, deseando deshacer todo el daño que su relación había hecho a su familia.

-Debiste creer a tu hermana.

Su corazón se rompió cuando recordó la advertencia de Eli sobre ella, debió creerla, su pobre hermana creía que era un pobre diablo antes de morir.

Pero estaba dispuesto a cambiar las cosas, de una vez y para siempre.

-Podría matarte, es más, me encantaría, pero Gines y Erik no se merecen más daño por mi culpa y como decía Eli, ni siquiera vales tanto la pena.

-Ella era igual.

Sergi apretó aún más su agarre y la miro tan ferozmente que habría podido congelar el infierno.

-Tu no le llegabas ni a la suela del zapato porque ella por lo menos quería a esa persona.

-¡Quitale las manos de encima!

Los hermanos se giraron para ver a Osvaldo Rios allí con una mirada aterradora y armado con una pistola.

Todo pasó muy deprisa para la vista de Sergi, solo vio a Osvaldo apuntarle y disparar y escucho un ruido sordo en el suelo.

Cuando recobró el control, vio a Gines tendido en el suelo mientras Osvaldo se iba con su mujer, Erik empezaba a soltar barbaridades por su boca y…

Un abundante charco de sangre que rodeaba a su hermano mayor.

-No…¡Gines!

2 comentarios:

  1. Está claro que las cosas podían ponerse todavía peor :S Me ha dado mucha pena el desengaño que ha sufrido Sergi, porque a pesar de que ya sabía la clase de persona que era Marisa, parece realmente dolido cuando ella le desprecia. Ahora me queda la intriga de saber qué pasará con Ginés y cómo afectará todo lo que ha ocurrido a partir de aquí... ¡Gracias por seguir escribiendo! Besos :)

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  2. Marisa es la mujer del mayor traficante de armas del país XDD, una malahierba jajajajajaja. Maldita sea XD! Me da rabia que el pobre Ginés haya pagado los platos rotos (espero que no seas malvada y hagas que se recupere pronto :P) Un beso.

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