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lunes, 11 de octubre de 2010

Pasion De Gavilanes: Capitulo 7

Raquel Elizondo no tenía muy claro lo que estaba haciendo cuando entro en la pequeña habitación que ocupaba Gines en la casa.

¿Era esto lo que de verdad quería?

Su cabeza le decía que si, pero en algún lugar de su inconsciente corazón, una vocecilla gritaba que no lo hiciera.

Gines la encontró allí e involuntariamente su corazón salto de alegría, quería verla y estrecharla de nuevo contra sus brazos.

Quería devorarla y recorrer cada centímetro de su cuerpo con sus labios hasta quedar lleno de ella.

-¿Raquel?

Raquel dio un salto al escuchar su voz, cuando se giro se quedo sin habla mirando su cuerpo.

Estaba cubierto de polvo y sudor por el trabajo, pero a ella le resultaba lo más excitante del mundo.

Y eso la hizo arder.

-Hola…

-¿Quieres algo?

A ti, contesto su mente.

Ella tuvo que recordarse varias veces porque estaba en ese lugar, a pesar de que lo único que quería era tirar a Gines a la cama y hacerle el amor una y otra vez, no podía.

Tenía que destruirlo no enamorarse de él, ¡Maldita sea!

-Si, tenemos que hablar.

Gines se sentó en su cama y la llamo para que se sentara a su lado, cosa que hizo, pero pudo percibir en ella algo que pensaba había desaparecido.

Frialdad.

-¿Y bien?

-Quiero que quede claro que el beso no significa nada, mi prometido esta por aquí y no quiero que sepa que ando besuqueándome con los empleados.

Gines la miro durante unos minutos para luego levantarse y abrirle la puerta, en sus manera no había ningun enfado pero su mirada decía cosas muy distintas.

Raquel se rompía por dentro pero se levanto mostrando su frialdad y le sonrió como si acabaran de tener una charla normal.

-¿Sabes porque te bese, Gines?

-No.

-Porque así fue como seguramente tu hermana engatuso a mi padre.

Gines no pudo contestar al quedar helado por sus palabras mientras ella se marchaba por la puerta.

Así que todo era por eso, de ahí su interés en él, el trabajo, todo y el muy imbécil se había enamorado de ella como un gilipollas.

No pudo evitar que el dolor se apoderara de él y resurgiera en forma de lágrimas, nunca debió confiar en ella.

Raquel entró a su cuarto con la respiración acelerada y aguantando las ganas de llorar cuando vio a sus hermanas paradas delante de ella.

-¿Qué pasa?

-Oh dios, dime que no lo has hecho.

Fuera lo que fuera lo que iban a decirle, Raquel tenía la impresión de que aquella conversación no terminaría nada bien para ella.

sábado, 2 de octubre de 2010

Pasion De Gavilanes: Capitulo 6

Fue un día como otro cualquiera cuando Yurena vio los papeles oficiales sobre el testamento de su padre.

Testamento que declaraba a Elizabeth Reyes como única heredera de su fortuna, exceptuando la casa que sería de uso exclusivo de sus hijas.

-¿Cómo que la fortuna irá a manos de la familia de esa mujer?

El notario miraba a la joven Elizondo con total serenidad mientras sacaba los papeles de Rafa Elizondo.

-Lo siento señorita, pero su padre dejo esto a esa mujer y al no estar ella, los hermanos de la joven dispondrán de todo el dinero que su padre dejo.

Yurena sentía una mezcla de enfado y curiosidad cuando salió de aquella oficina, sabía que su padre no era un imbécil para dejar su fortuna en manos de gente estúpida…

Y tenía mucha curiosidad de saber que tenía de especial Elizabeth Reyes asi que hizo lo único que podía.

Fue a ver al viejo hombre que guardaba el bar donde su padre y Eli habían estado miles de veces según había descubierto.

-Lo siento Yurena, no quería esconderos nada pero tu padre se veía tan feliz.

Yurena miro al hombre, viejo amigo de su padre y de toda la familia mientras tomaba su café e intentaba comprender la situación.

-¿Qué quieres decir?

-Cada vez que tu padre estaba con Eli era un hombre nuevo, reía, disfrutaba de la vida, parecía el Rafa de siempre.

-¿Le hacia feliz?

-Mucho Yurena, era una buena mujer que se había enamorado de él, mira esta foto.

Yurena observo la foto de su padre y Eli, en el aniversario de Benji, el hombre con el que hablaba y la verdad la golpeo como un tornado.

Su padre era feliz con aquella mujer, mucho más de lo que lo había sido con su madre.

-Tu padre…no amaba a tu madre, ya no, pero os adoraba a vosotras e intentaba prepararos para que también aceptarais a Eli.

Yurena no se dio cuenta de que lloraba hasta que una lágrima cayo en aquellos papeles, todo era verdad.

Eli era una buena mujer y su familia no merecía pagar ninguna venganza.

-Gracias Benji.

Finalmente se marcho de aquel lugar en busca de sus hermanas, Carolina no tenía ninguna intención de vengarse y hasta se había hecho amiga de Gines.

Pero Raquel era un asunto totalmente distinto y según ella sabía su hermana no tardaría en arrastrar a Gines por el suelo como si fuera basura.

Solo el mero pensamiento hizo que Yurena corriera por las calles, tenía que llegar antes de que su hermana cometiera un error, justo cuando doblaba la ultima calle su móvil sono…era Carol.

-Dime hermana.

-Creo que a Raquel le gusta de verdad Gines.

Eso la dejo confusa a un nivel mayor de lo que iba a admitir, sospechaba que le interesaba pero por la seriedad de Carolina, que jamás estaba seria, sabía que era algo mucho peor de lo que pensaba.

-¿Qué?

-No me preguntes como lo se, mejor corre y ayudame a detenerla antes de que el orgullo la sobrepase y cometa una locura.

-¿Qué locura?

-Ha ido a hablar con Gines y Roman esta a punto de llegar, creo que va a terminar con su plan por que esta confusa y no puede afrontar lo que le pasa con Gines.

¿Pero que se había perdido en tan poco tiempo?

-¿Crees que esta enamorada?

-Si, nunca la vi tan rara como ahora y…creo que es mutuo.

Uh oh…ahora si debía correr para detener a su hermana antes de que fuera demasiado tarde.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Pasion De Gavilanes: Capitulo 5

Por la noche Gines volvió a casa algo agitado, el beso con Raquel había despertado en él instintos que no sabia que tenía.

La deseaba, quería hacerla suya fuera como fuera.

Pero sabía que no podría nunca, él era un pobre peón y ella una preciosa princesa que esperaba a alguien mejor para hacerla su mujer.

-Esto es culpa tuya Eli...

Recordando a su hermana tambien recordo aquella conversacion que tuvieron hace tanto tiempo sobre el amor.

-Hermanito, alguna vez encontrarás a alguien a quien no podrás olvidar.

Gines empezaba a preguntarse si eso le pasaba con Raquel o simplemente era un loco demente en busca de una noche de sexo.

Solo sabía que necesitaba probar a esa mujer...aunque solo fuera una vez...


Raquel volvía a su cuarto tras una cena con su madre y sus hermana y el nuevo tema principal de conversación, la busqueda de un marido para ella.

Carolina había sido la unica en recomendar que la dejaran hacer su vida tranquila y que ya encontraría a alguien.

Pero Yurena y su madre se empeñaban en que necesitaba uno cuanto antes, Yurena por los negocios y su madre por las habladurías.

De hecho ya tenía como candidato a Roman Ramirez.

El chico era guapo, joven, moreno y musculado era todo lo que una mujer podía querer, una menos Raquel.

Roman era un tipo impulsivo, peligroso y muy celoso, por lo que Raquel sabía y ella no quería nada con él.

Pero estaba claro que no lo iba a decidir ella.

-Tranquila hermana, mama dirá lo que quiera pero tu tienes la ultima palabra.
-No se...
-Encontraras el amor Raquel, ya lo verás, un día llegara alguien, te dara un beso que te dejara embobada y sin saber que hacer y te darás cuenta de que estarás enamorada.

Raquel miro a su hermana durante varios minutos antes de darse cuenta que ella había pasado por todo eso esta tarde...

Besando a Gines.

-Genial...

Se había enamorado de la persona que debía destruir, simplemente genial.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Pasion De Gavilanes: Capitulo 4

En los días siguientes, Gines se acostumbro a la casa y a la gente con la debía convivir y trabajar mientras lidiaba con la incomodidad de Sergio y los problemas de Eric.

-Eva, mi hermano me vuelve loco.
-Tranquilo hijo, es joven y hace locuras.

Gines suspiro a la mujer mientras comia de su plato, su hermano se había metido en una pelea por una mujer que no valía la pena.

-Pero Eva no sabe que no puede hacer esto, que quiere ¿acabar como Eli?

Eva suspiro ante el malestar del joven, en el poco tiempo que llevaba aqui, Gines se había convertido en un hijo para él.

-Tranquilo, estara bien.
-Eso espero.

Carolina que había escuchado todo entro en la cocina con una sonrisa sentandose al lado de Gines para comer.

-Señorita Carol...
-No Eva, no puedo comer con gente tan estirada.
-Por eso come con los pobres.

Los tres se rieron y comieron tranquilamente cuando Raquel entro en la cocina y los miro sorprendida.

-Que bien os llevais.
-Claro hermana, ¿que esperabas?

Raquel la miro intrigada y le hizo un gesto a Gines para que la siguiera, gesto que él enseguida entendió y siguió.

-Ahora vuelvo.

Gines siguió a Raquel hasta la cabaña donde descansaba para encontrarsela sentada en la cama esperandolo.

-¿Que pasa?
-Nada, solo quería hablar a solas.
-Señorita...
-Shht...

Raquel se acercó a él y le acarició el pecho haciendo que cerrara sus ojos para sentir el tacto y notó la explosion de pasión salir de él.

Y entonces ella se acercó y lo beso profundamente mientras acercaba más su cuerpo al de él, Gines solo pudo responder rodeandola con sus brazos y profundizando el beso aguantando su espalda con la pared.

Sus lenguas se rozaron peleando por el control hasta que Raquel dejo que Gines la llevara provocandole mil sensaciones que nunca pensó que alguien como Gines podría provocarle.

Cuando el beso termino, ninguno de los dos fue capaz de reaccionar, sus respiraciones estaban agitadas y sus miradas entrelazas.

Finalmente Raquel solo pudo salir corriendo, esto se complicaba...y mucho.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Pasion de Gavilanes: Capitulo 3

Esa noche Gines volvió a casa bastante contento, tenía trabajo, la oportunidad de conocer a aquella familia y se había topado con una verdadera mujer.

-No se porque lo haces Gines, es una perdida de tiempo.

Sergio así lo pensaba mientras Eric le daba la razón a Gines en lo de conocer a aquella familia, tenía la curiosidad de saber si su hermana se había arriesgado por algo o había hecho el idiota.

-Dejame Sergi, yo no te digo nada cuando tu estas con Marisa.
-Eso no tiene nada que ver.
-¿A no?

Sergio se levanto sin terminar de cenar dando un portazo mientras Gines suspiraba y Eric recogia su parte.

-Crees que valdrá la pena.
-Creo que necesitamos esto para dejar que la herida cure.

Eric asintió y siguió con su limpieza mientras Gines miraba la foto de los cuatro en el salón, necesitaban cerrar ese capitulo de su vida, para siempre.

Al día siguiente cuando llego a la hacienda Raquel le esperaba en la puerta y otra vez, le paro la respiración con una sola mirada.

-Buenos días Gines.
-Buenos días.

Raquel sonrió, seductoramente a su parecer y lo condujo al terreno donde tenía que trabajar.

-La idea es hacer una casa para mi.
-Sería como vivir con tu madre pero con tu independencia.
-Exacto, tenemos tanto terreno, que lo mejor es hacer tres casas y cada una haga su vida, pero siempre cerca de nuestra madre.

Gines sonrió y empezo a pensar en como le haría su casa, pensaba en algo delicado y fino como ella pero con un toque de salvajismo.

-Vale, tengo una idea.
-Genial, te dejare trabajar y ya hablamos luego.

Raquel se acerco a él y le dio un beso en la comisura de los labios mirando como él cerraba los ojos para saborear el momento, igual que pocos segundos depués haría ella.

-Hasta luego.
-Adios.

Lo tenía en la palma de su mano...

jueves, 16 de septiembre de 2010

Pasion de Gavilanes: Capitulo 2

A la mañana siguiente, Gines llego a la gran casa de las Elizondo, no le extrañaba que tardara tan poco en saber donde vivian.

Eran muy poderosos y ricos.

Pero ahora eso no le importaba, tenía que saber quienes eran para ver de que clase de hombre se había enamorado su hermana.

Sergio pensaba que eran malas personas, avariciosas en busca de dinero mientras Eric prefería no opinar sobre el tema.

Gines era del pensamiento de que necesitaban pruebas para todo y por eso estaba allí, dispuesto a buscarlas.

Acercandose a la casa, se encontro con Eva, el ama de llaves, que le animo a pasar.

-Vengo a buscar empleo.
-¿Empleo?
-Si, se que buscan un peón de obra y yo soy peón.

Eva le sonrió y le hizo esperar mientras llamaba a la dueña de la casa para que lo recibiera, así que por fin podría conocer a alguien de la familia de Rafael Elizondo.

-¿Usted busca trabajo?

Gines siguió la voz que le llamaba cuando se encontro de repente con una mujer que le robó el aliento...

Alta, morena, guapisíma, era el sueño de cada hombre viviente y lo estaba mirando directamente a él.

-Eh...si, soy Gines Reyes.
-Raquel Elizondo, y dices que eres ¿peón?
-Si.
-Bien, estoy buscando uno para construir un establo nuevo para mis caballos.
-Oh, soy especialista en eso, he trabajado con mi padre y mi hermana mucho tiempo.

Al nombrar a su hermana Gines sintió una punzada de dolor que pronto aparco pero que no paso desapercibida a los ojos de Raquel.

-¿Hermana? No sabía que las mujeres hicieran esos trabajos.
-Si, murió hace unos días y era fantastica.

Raquel no creía en las casualidades, hasta ese mismo día pero ahora empezaba a pensar que aquel joven que la estaba volviendo loca tenía algo que ver con su venganza.

-Bien...empezaras mañana ¿te parece bien?
-Claro...hasta mañana.
-Hasta mañana.

Gines se marcho extrañamente excitado, esa mujer había despertado en él el deseo con sus curvas y la forma de sus labios al sonreir, tenía que saber quien era.

Mientras Raquel se sento en la salita pensando cuando vio un pequeño medallón en el suelo donde antes había estado el chico, corriendo intento alcanzarlo sin llegar a tiempo.

Entonces la curiosidad fue mayor y lo abrió para ver una foto de cuatro jovenes y la inscripcion "hermanos", Raquel enseguida reconocio a la joven, la había visto con su padre un par de veces.

-Es él...

Y a pesar de lo mucho que había despertado en ella ese hombre, iba a destruirlo lentamente ¿como? de la misma manera que esa joven había usado a su padre, enamorandolo para luego dejarlo y que se dieran cuenta con que familia estaban jugando.

El juego acababa de empezar.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Pasion de Gavilanes: Capitulo 1

Gines era el mayor de los hermanos Reyes, había sido criado para proteger a sus hermanos contra todo por lo que no podía creer lo que le estaba pasando.

-Comisario, no puede ser mi hermana.
-Lo siento, Gines.

Le dolía el corazón de solo pensar en su pequeña hermana muerta, Gines no era capaz de reaccionar, era como si tambien hubiera muerto.

Decían que había sido un accidente, en el coche de Rafa Elizondo, un incendio lo llamaban, pero Gines sabía que no era así, al fin y al cabo...

Estaba en el coche con su amante.

Por mucho que Eli lo escondiera el siempre lo había sabido, siempre había sabido que estaba con un hombre casado y mucho mayor que ella, pero la hacía feliz y eso era todo lo que Gines quería.

Hasta ahora...

Toda su mente tenía una idea extraña de asesinato, alguien había calcinado el coche con ellos dentro, de eso estaba seguro, algun enemigo poderoso...su propia esposa...

Lo averiguaría...

-Debes irte, Gines.

Cuando llego a casa, miro a sus hermanos, Sergio y Eric, que miraban la television mientras peleaban por las palomitas.

Solo pudo sentarse a mirarlos como si todo el peso del mundo cayera sobre él.

-Gines tío ¿que pasa?
-Ha pasado algo.

Esa fue la señal para que sus hermanos se pusieran serios, algo iba realmente mal...

-¿Que pasa?
-Eli...Eli murio...

Eric miro a su hermano esperando a ver la broma, mientras Sergio enfurecía, sabía que iba a pasar, lo sabía.

-Mierda...¡Mierda! ¡Maldita sea!
-Estaba en un coche calcinado junto a Rafa Elizondo.
-¡Lo sabia!

Sergio salio de casa a toda velocidad mientras Eric aguantaba las ganas de vomitar imaginando el cuerpo de su hermana calcinado...no podía...

Mientras Gines pensaba en la manera de descubrir la verdad, costara lo que costara lo conseguiría.

Entretanto en la casa Elizondo, las hermanas Raquel, Yurena y Carolina, planeaban la venganza contra la familia de la zorra que les había quitado a su padre.

-Los destruiremos.

Esa fue la promesa y de lo unico de lo que estaban completamente seguras...

martes, 14 de septiembre de 2010

Pasion de Gavilanes: Prologo

Siempre habían sido cuidadosos en su relacion, Eli Reyes y Rafa Elizondo siempre habían cuidado que todo saliera como debería.

Pero habían decidido acabar toda la farsa que les rodeaba y contar la verdad de una vez para ser libres.

Rafa, un hombre adinerado, estaba casado con Dolores Elizondo y tenía sus pequeños tesoros, sus tres hijas, Raquel, Yurena y Carolina.

Eran la razón por la que Rafa no había sacado a Eli a la luz, pero ya estaba harto, necesitaba que ellas le entendieran y le apoyaran.

Mientras tanto Eli preparaba a sus grandes y temerosos hermanos, Gines, Sergio y Eric eran lo más parecido a unos guardaespaldas que había tenido y aunque a veces la molestaban se sentía muy orgullosa de ellos.

Aunque estaba segura que una vez que supieran que estaba embaraza la matarían y a Rafa seguro que tambien...


-Cariño lo haremos mañana por la noche.
-Tengo miedo de lo que pase cuando mis hermanos se enteren Rafa, o tu familia...
-No importa, cuidare de ti, lo prometo.

Eli lo abrazo fuerte contra ella, lo necesitaba más que nunca y ahora mismo agradecía poder tenerlo aunque fuera unos minutos.

-Tengo que irme, te vere mañana ¿vale?
-Vale, ten cuidado.
-Te quiero.
-Y yo a ti.

Rafa la beso tiernamente en los labios antes de subirse a su coche mientras Eli lo miraba con una sonrisa soñadora, sería feliz, por fin.

Pero todo cambio en un solo segundo...

Rafa fue sorprendido por un destello de luz que hizo que perdiera el control del coche y chocara contra un arbol.

-¡No, Rafa!

Eli corrió hacia él con el corazón encogido, llegando rapidamente al coche para verlo completamente inconsciente con la cabeza en el volante.

Cuando le tomo el pulso contemplo que había muerto.

-¡No!

Se acurruco a su lado abrazandolo sin querer saber nada del mundo ni darse cuenta de que el aceite del coche se estaba saliendo y había comenzado a provocar un fuego.

-Te quiero, Rafa...

Fueron sus últimas palabras antes de que las llamas los consumieran a los dos, quitandoles así su vida y su futuro en unos segundos...

sábado, 10 de julio de 2010

Notilla

Bueno como siempre, gracias a todos por leer la historia, es un placer saber que me leeis y os gusta, gracias.

Ahora tengo que deciros que me pasare un tiempo sin subir nada, por trabajo y porque estoy preparando una nueva historia lo mejor posible para vosotros.

Os dare una pista...

"Quien es ese hombre, que me mira y me desnuda, una fiera inquieta que me da mil vueltas y me hace temblar pero me hace sentir mujer..."

¿Adivinais? Seguro que si jajajaja

Besotes

El Caballero de la Rosa: Capitulo 32

Capitulo 32: Final

El viento se arremolino entre los tres mientras una sombra gutural se cernía sobre ellos.

Gines y Raquel unían sus manos en señal de que pasara lo que pasara, estarían juntos hasta el final.

Karsi los miro antes de centrar su mirada en Raquel, ella emanaba un poder que podía fácilmente matarlo…pero había algo más que llamo más su atención.

Karsi: Noto al heredero de los poderes de Caballero en ti, pequeña.

Como un intento de ataque a su bebe no nato, Raquel coloco una manos sobre su abdomen y Gines convoco la espada de su hermano preparado para luchar.

Gines: No tocaras a mi hijo.

Karsi rió antes esas palabras, sería un placer matar a aquel pequeño bastardo no nato, pero antes tenía pensado hacer otras cosas.

Karsi: Podría, pero prefiero ver como mueres y luego jugar con tu mujer hasta hacerla suplicar por más de mi.

Antes de que Raquel pueda detenerlo, Gines se lanza a por él en un acto de rabia y lo ataca cortando el amuleto de protección del demonio.

Karsi: Maldito Caballero.

Karsi esquiva por muy poco los golpes de Gines y le lanza él mismo una dura patada en el estomago que lanza a Gines lejos de ellos.

Raquel observa la escena con el corazón encogido hasta que sin saber como, una espada aparece a su lado.

Raquel: ¿Pero que…?

Mayor: Raquel, usa esta espada sagrada, es la espada del Caballero Legendario, la espada que pertenece a la familia de Gines desde hace siglos y que ahora tu, al tener sus poderes, posees.

Raquel observa la espada, su empuñadura de oro la hacen tan bella como mortífera.

Raquel: Karsi es invencible.

Mayor: Ahora ya no, Gines le quito el amuleto de protección, podrás hacerlo, el mundo y tu hombre te necesitan.

Raquel ve al mayor desaparecer y mira a Gines tendido en el suelo apunto de recibir una puñalada mortal de Karsi.

Raquel: No…

Antes de darse cuenta de que esta pasando, un poder extraordinario la envuelve y ataca a su enemigo apuñalándolo con la espada justo en su corazón.

Gines la mira sorprendido mientras Karsi se tambalea gritando de dolor y unas llamas lo rodean haciéndolo desaparecer y convirtiendo a su peor enemigo en polvo.

Raquel, sonriente y debilitada por el abuso de poder, cae al lado de Gines cansada pero feliz de que todo haya acabado bien.

Gines: Se acabo cariño…

Raquel: Por fin, mi caballero y ahora…creo que me debes una vida llena de placer y alegrías.

Gines se acerca a ella con una picara sonrisa y roza sus labios con los de ella despertando el torrente de pasión que habita dentro de los dos.

Gines: Eso, mi dama, no puedo esperar para mostrártelo como te mereces.

Y sin una palabra más, se transportan a su casa, seguros de que sea cual sea el peligro, nada podrá vencerlos estando unidos.

FIN

sábado, 3 de julio de 2010

El Caballero de la Rosa: Capitulo 31

Capitulo 31

Todos observaban a Gines, tendido en el suelo mientras su cuerpo perdía el brillo que le había iluminado con el corazón de su hermano.

Raquel: Gines…amor, despierta.

Gines permanecía como dormido y todos pensaron lo peor mientras Raquel notaba una solitaria lágrimas caer de su mejilla.

Raquel: Gines…no puedes abandonarnos…a mi y a nuestro bebe…

Como si de una orden se tratara, esas palabras despertaron a Gines, que sonrió a su novia y la introdujo en sus brazos tiernamente.

Raquel: Gines…

Gines: Re…repítelo…

El corazón de Raquel salta de alegría mientras envuelve los brazos en su cuello y juguetea con su pequeña barba dándole pequeños besos.

Raquel: Que vamos a ser papas y tendremos un pequeño o pequeña caballerita dentro de poco.

Gines: Te amo…

Sus palabras la llenan de alegría mientras él la funde en un beso tan sensual como tierno.

Nicolae: Gines…que hacemos con tu hermano.

Gines rompe su beso pesadamente y mira el cuerpo de Santos que yace no muy lejos de él.

Gines: Llevadlo con mis padres…se merece eso por lo menos.

Nicolae asiente y desaparece mientras Eli se marcha sin hacer mucho ruido dándoles la privacidad que necesitan mientras Gines sube a Raquel a su cuarto.

Raquel: Ahora…¿estas bien?

Gines: Si amor, además tengo los poderes de Santos, Karsi no tiene opción.

Raquel: Lo venceremos juntos, Gines.

Gines: Si, lo haremos y tendremos a nuestro bebe.

Karsi: Yo no estaría tan seguro…

Los dos se giran para ver al malvado Karsi enfundado con su espada y listo para la batalla final.

Karsi: ¿Listos?

Raquel y Gines se miran antes de levantarse e invocar sus poderes, estaba decidido…

En ese amanecer se acabaría todo.

lunes, 28 de junio de 2010

El Caballero de la Rosa: Capitulo 30

Capitulo 30

Raquel: ¡No!

Ese grito rompió la paz que habitaba en el jardín, Raquel observo como el cuerpo de Gines caía lentamente al suelo mientras su hermano se reía de él e intentaba sacar su alma.

La furia lleno sus ojos, desatando sus poderes y corrió hacia Santos con una velocidad impropia de ella para acabar asestándole un golpe y alejándolo de Gines antes de que se llevara todo de su alma.

Raquel: Te voy a destrozar…

A golpes lo alejo de Gines mientras Nicolae tapaba la herida de su amigo, aunque la verdad se veía muy mal y no sabia bien que hacer.

Raquel continuó golpeando a Santos, hasta que Eli se acerco y la detuvo como pudo, viendo la cara del joven ensangrentada.

Eli: Raquel para lo vas a matar.

Raquel se detiene lentamente mirando la cara del joven y le escupe antes de levantarse y mirar a Eli con una mirada amenazadora.

Raquel: Retenlo porque si Gines muere, lo matare.

Eli la mira asustada y asiente mientras la ve marchar, verdaderamente su poderes y el miedo de perder a Gines la llevan a hacer cosas que jamás había hecho.

Raquel se acerca a Gines cuando una ola de angustia la recorre se arrodilla a su lado acariciando los mechones de su pelo.

Raquel: Cariño, te pondrás bien…

Gines la mira mientras Nicolae sigue con la herida, la verdad, no parece que vaya a mejorar.

Nicolae: No se Raquel…eso no pinta bien.

Raquel: No digas eso…

Miro a Gines con una pequeña sonrisa mientras lo veía luchar por quedarse con ella mientras le acariciaba la cara, se negaba a perderlo, su corazón no lo resistiría.

“Necesita un corazón humano.”

Las palabras resonaron con fuerza en su cabeza mientras la idea le rondaba la mente y se giraba para mirar a Santos aún inconsciente en el suelo.

¿Qué mejor que dar la vida por su hermano el mismo que quiere matarlo?

Eli: Yo lo hare…quedate con Gines.

Raquel aparto la mirada y se concentro en Gines mientras Eli hacia su trabajo con Santos y le sonrió tiernamente.

Gines: Por lo menos estuve contigo un tiempo.

Raquel: Shht, lucha amor, hazlo por mi, se que puedes hacerlo.

Gines luchaba por respirar mientras la miraba a los ojos y escupía algo de sangre, Raquel lo ayudaba pero le estaba resultando muy difícil.

Y en ese momento la sala se ilumino con el corazón de Santos en la mano de Eli, se introdujo en el cuerpo de Gines.

Raquel: ¿Amor?

Y la mirada de Gines se perdió por completo dejando el peso de su cuerpo en el suelo…

¿Estaría realmente muerto?

jueves, 24 de junio de 2010

Nota

Bueno chicos escribo para deciros que este fin de semana no subire nada, pues me voy a madrid a ver a R&G en directo jajajaja

A la vuelta veremos que hará Raquel al ver la escena y como salvará a Gines.

"Nada es más fuerte que una mujer, enamorada y enfadada."

Besotes

martes, 22 de junio de 2010

El Caballero de la Rosa: Capitulo 29

Capitulo 29

Esa misma noche, en la casa de Gines y Raquel, la cena esta preparada para una gran reunión entre amigos.

Ansiosos esperan la llegada, pues tienen muchas ganas de pasar un rato entre gente con la que no tienen que esconder lo que son.

Raquel: Debo decir, que estas realmente sexy.

Gines sonríe al verla entrar por la puerta de su dormitorio con una sonrisa cautivadora.

Gines: Y yo debo decir que tu estas para comerte.

Raquel se ríe mientras se deposita en sus brazos y lo envuelve en un tierno beso que los deja sin respiración.

Gines: Si seguimos asi, te desnudare y te hare el amor ahora mismo.

Raquel: Me encantaría mi vida, pero tenemos que cenar además…tengo que vigilar a tu hermano.

Gines se sorprende de la sinceridad de sus palabras y mira sus ojos buscando una razón para tal desconfianza.

Gines: ¿Qué pasa? ¿Notas algo?

Raquel: Es algo…raro, oscuro diría yo.

Gines suspira, su hermano nunca fue de los que seguían las reglas de los buenos y a pesar de querer ser un Caballero, sus malas acciones nunca se lo habían permitido.

Gines: No te preocupes, es inofensivo.

Raquel: Por si acaso…

Abrazados, se relajan solo con el contacto del otro y esperan a que lleguen los demás, solo con el calor de sus cuerpos.

Nicolae, Eli y algunos amigos más, se reúnen en la mesa poco después, cuando el último invitado llama a la puerta.

Gines: ¡Santos! Pasa.

Santos, el hermano de Gines, pasa por la puerta de su casa admirando cada cosa que su hermano posee, una casa, un perro, una mujer preciosa y unos amigos…todo lo que él una vez ha buscado.

Y su rabia se incrementa, no puede creer que a él nunca se le concediera este derecho.

Matalo

Entonces mira a Gines, feliz rodeando a su novia por la cintura mientras habla con sus amigos y nota como su ojos se vuelven totalmente negros.

“Acaba con ese sufrimiento, mata a tu hermano y tendrás todo eso y más.”

Santos: Gines, acompáñame necesitamos hablar.

Gines mira a su hermano y casi sin inmutarse se separa de Raquel y susurra algo en su oído para poco después marcharse con Santos.

En el jardín, Santos mira a su hermano con una diabólica sonrisa mientras se abalanza contra él sin darle tiempo a explicarse.

Gines: ¡Basta Santos! ¿Qué estas haciendo?

Santos: Tener mi vida.

Entonces Santos, saca una de sus dagas mágicas y la clava directamente en el corazón de Gines, de esa manera, no solo desintegrará el cuerpo que los mayores le habían otorgado, si no también su alma.

Santos mira a su hermano caer al suelo mientras una risa resuena en su cabeza, Karsi tiene lo que quería.

El alma de un Caballero De La Rosa…

El alma de un guerrero que le dará tanto o más poder que a los mismísimos dioses…

jueves, 17 de junio de 2010

El Caballero de la Rosa: Capitulo 28

Capitulo 28

Normalmente la sola idea de ver un corazón humano asquearía a Raquel hasta los infinitos, pero ahí estaba, dispuesta a pedir uno para Gines.

Mayor: Realmente Gines, no sabemos que hacer.

Gines: Mi señor, hemos pasado demasiado, solo necesito una vida con ella se lo imploro.

Los mayores se miraron entre ellos, darle el permiso significaría perder una vida…

Pero ellos han perdido mucho más que eso en este tiempo.

Mayor: Esta bien Gines tienes nuestro permiso, pero por favor, tened cuidado.

Los dos se miran incrédulos por lo que acaban de oir hasta que Raquel reacciona y lo agarra de la solapa de la chaqueta para fundirse en un apasionado beso.

Raquel: Ahora solo tenemos que encontrarlo.

Gines: Si, lo haremos.

Los dos sonríen y entrelazan sus dedos mientras salen de la sala hacia el reino humano, tienen mucho que hacer y cuanto antes lo consigan…antes serán felices.

Santos camina por las calles de la ciudad, esperando detectar a su hermano y Raquel.

Desde hace un año no se ven y Gines no sabe nada sobre su conversión al lado oscuro, de hecho debe pensar que se esta entrenando para ser caballero, en Los Alpes.

Santos: No puede ser…¡Gines!

Gines se gira sorprendido al reconocer la voz de su hermano, es él, Santos que se acerca a él y lo abraza como un huracán.

Gines: ¡ Hermano ¡ ¿Qué haces aquí?

Santos: Tengo días libres…¿Qué tal todo?

Gines: Bien…

Entonces se percata de Raquel, que espera pacientemente a su lado con una pequeña sonrisa en sus labios.

Gines: Perdona amor, esta es Raquel, mi novia.

Santos: Vaya…encantado.

Raquel: Igualmente.

Al darse dos besos, la piel de Raquel se eriza, como si su alarma interior le gritara que se alejara de él todo lo posible e intenta controlarla, abrazando a Gines.

Santos: Bueno, tengo que volver a casa.

Gines: Oye…¿quieres venir a cenar esta noche? Estaremos unos amigos y nosotros.

Santos lo mira, su hermano como siempre tan benévolo y confiado, sonriendo asiente.

Santos: Estare encantado hermano.

Gines: Esta bien, ¿nos vemos a las 8?

Santos: Perfecto…bueno me marcho, no te preocupes por la dirección, puedo percibir tu presencia.

Gines: De acuerdo.

Sin más ve a su hermano desparecer entre la gente con Raquel mientras una malévola sonrisa se dibuja en su rostro, esta noche…tendrá su castigo.

lunes, 14 de junio de 2010

El Caballero de la Rosa: Capitulo 27

Capitulo 27

A medida que los días pasaban, Gines se iba habituando de vuelta a la vida normal mientras enseñaba a Raquel como podía usar sus poderes.

Raquel: Entonces…puedo teletransportarme y esas cosas.

Gines: Si, solo puedes usar estos poderes para proteger a la gente, nunca a tu favor.

Raquel: Si pudiera usarlos a mi favor tu estarías conmigo para siempre.

Esas palabras se le hundieron en el alma, sabia que significaba mucho para ella, tanto como ella para él y le mataba dejarla marchar.

Gines: Raquel, por ahora concentrémonos en Karsi por favor, no quiero pelear sobre esto.

Raquel se enterneció con sus suplicantes palabras, parte de ella tenia que aceptarlo y dejarlo.

Pero la parte más irracional, quería retenerlo contra ella y no dejarlo marchar.

Y entonces pensó en algo que le habían contado cuando era pequeña…

“Cuando un ser muere, puede volver a la vida con un corazón humano.”

Raquel: Lo tengo…¡Gines, lo tengo!

Gines la miro como si estuviera loca mientras ella solo saltaba por la habitación de un lado a otro llena de alegría.

Gines: ¿Qué pasa?

Raquel: Cariño, mi padre me conto que se puede salvar a un muerto con un corazón humano ¿lo entiendes? Solo necesitas un corazón humano y estarás conmigo de nuevo.

Gines la mira impresionado por sus palabras, él como Caballero nunca supo nada de eso.

Gines: ¿Cómo sabes de eso?

Raquel: Mi padre…era un hombre raro, estudiaba cosas paranormales y dioses, ya sabes…y bueno me lo contó.

Gines sonríe y la besa en los labios con cariño mientras medita que hacer con lo que acaba de decirle.

Gines: Es una buena idea, si los mayores me lo permiten encontraremos un corazón…

Raquel: No quiero otra cosa que una vida contigo Gines, sin Karsi.

Gines: Y yo, amor.

Lejos de allí, Karsi golpea su mesa, han descubierto la manera de estar juntos y ahora que la fuerza de Raquel es completa, sus días pueden estar contados.

Karsi: ¡Santos!

Un sombra aparece delante de él, alto, moreno y musculado, Santos es casi una replica de Gines, quitando su color de ojos y la expresión de matar.

Santos: Digame, mi señor.

Karsi: Busca a Gines y destruye su alma, tu como ladrón de almas eres el único que puede, evita que tenga un corazón humano.

Santos sonrie malévolamente y se marcha en busca de Gines, nunca se imaginaría lo que le tiene preparado.

Mientras Karsi lo observa, solo él puede matar a Gines, solo alguien tan cercano…

Karsi: Asesinado por segunda vez y esta vez por tu hermano, que mala vida Gines…

viernes, 11 de junio de 2010

El Caballero de la Rosa: Capitulo 26

Capitulo 26

Cuando Gines despertó, la sensación que recorrió era tan humana que casi olvido el propósito de su regreso aquí.

Sobre su pecho estaba la mujer de sus sueños…la única que amaba y amaría por toda la eternidad.

Y pensar que ella lo olvidaría lo destrozaba.

Su pequeño cuerpo empezó a moverse sobre él y mira como ella despertaba de su letargo, tenía que decirle la verdad, a como diera lugar.

Gines: Raquel…

Raquel se movió hasta quedarse a horcajadas sobre él y lo beso con tanta ternura que lo quemo.

Raquel: No me digas las consecuencias…ahora no.

Gines se perdió en su esencia mientras ella recorría su cuerpo con sus manos…

Sin saber como pasaron horas deleitándose uno del otro entre besos y caricias, solo con ellos mismos.

Raquel: Espero que no te molestara que tomara tu casa como mia, yo solo…

Gines: Claro que no, has hecho bien.

Raquel beso su mejilla, estar así con él era algo que pensó que no volvería a tener y entonces recordó un regalo que Gines tenía el día que murió.

Raquel: Cariño…encontré tu regalo.

Gines la miro extrañado hasta que vio como levantaba la mano para que pudiera ver el anillo que tenia en uno de sus dedos, sonrojado y algo avergonzado la miro y le extendió una pequeña sonrisa.

Gines: Lo siento Raquel…intente pararlo.

Raquel: Lo se cariño, lo se y estoy orgullosa de ti, es solo…me dolió tanto la posibilidad de no poder tener una familia contigo nunca más.

Una punzada de dolor atraviesa el pecho de Gines y Raquel empieza a impacientarse y preocuparse…algo no muy bueno en ella.

Raquel: Gines, antes te he dicho nada de consecuencias pero…me estas poniendo nerviosa.

Gines la mira, la incertidumbre por lo que pueda ser lo esta destrozando así que solo intenta ser franco con ella.

Gines: Raquel, he vuelto con condiciones.

Raquel traga el nudo de su garganta mientras se sienta para observarlo mejor.

Raquel: Cuales…

Gines: Te ayudare con esto y cuando acabemos...tú me olvidaras para siempre, será como si no nos conociéramos.

Las palabras la golpean como un cañon mientras mira sus ojos en busca de alguna broma, pero no ve ni rastro…es la cruda realidad.

Raquel: Dime porque Gines, dime porque nos están haciendo esto.

Gines la abraza con todas sus fuerzas, preguntándose lo mismo que ella, los destinos no pueden ser tan crueles.

Gines: Lo siento mi amor…

Raquel cierra los ojos ante su inminente final guardando en su corazón el recuerdo de Gines, pase lo que pase no se olvidara de él.

Pase lo que pase, luchara por ese amor…

lunes, 7 de junio de 2010

Let me be your hero...

Interludio: GIRA FAMA EN TOLEDO (HEROES)

Previo a la coreografía, Lola Gonzalez explicaba lo que debían hacer ahora mientras ellos se colocaban en sus posiciones, ahora llegaba Heroes y con ello un torrente de emociones.

Gines se colocaba detrás de ella, podía notar su cuerpo a tan solo unos milímetros de su pecho y su pelo acariciando su nariz, también notaba el nerviosismo antes de una coreo que recorría su cuerpo y quiso sonreír de la ternura que eso provocaba en él.

Raquel se sentía nerviosa, parte de ella quería que Lola dejara de hablar y empezar la coreografía nueva y la otra solo quería que Gines cerrara los brazos alrededor de ella y quedarse allí, para siempre.

Pero como de costumbre, su cabeza estaba hecha un lio y realmente sus nervios la estaban matando, lenta y dolorosamente.

Gines sonrió y a pesar de que sabia que le iba a traer consecuencias más adelante, hizo lo que su corazón le gritaba en ese momento, bajo hasta su hombro y lo lleno de pequeños besos, temiendo que ella lo apartara.

Pero no lo hizo y sin querer sintió como su corazón daba un respingo mientras ella solo le miraba de reojo.

Raquel lo observaba, sabía que debía alejarlo pero no quería, se sentía tan bien sus labios tocando su piel que casi quiso dejar la coreografía y llevárselo a un lugar donde pudieran estar a solas…

Raquel: Tranquilo loco, que ya vamos.

Gines se rió con sus palabras y se relajo mientras Lola terminaba de hablar, Raquel tenía ese efecto podía encenderlo y apagarlo con una simple sonrisa.

Entonces las luces se apagaron y los se concentraron casi sincronizando sus corazones para bailar con todo lo que tenían a dentro.

Quiero ser tu héroe

Gines dijo esas palabras en su oído llenas de emoción, cargadas de un sentimiento que era cierto y a ella le llego al corazón como un golpe de efecto.

Con las luces casi apagadas, Raquel empezó a moverse dejando caer por su mejilla una sola lágrima, una que reflejaba el deseo más hondo que tenía.

Gines pudo cerrar los ojos durante parte de la coreografía, dejando solo que sus manos la llevaran y la tocaran allí donde debía, mientras bailaban sus sentidos parecían un amplificador y captaba todo de ella, su confianza en él, la complicidad, los mismos deseos ocultos…

Raquel sentía que podía volar, cada vez que Gines la cogía, la tocaba cerraba los ojos para imaginar que podía quedarse en ese lugar en ese momento y mientras escuchaba la letra de la canción, realmente se sintió en el cielo.

Si pudiera ser tu heroe
si pudiera ser tu dios
que salvarte a ti mil veces
puede ser mi salvacion.

Gines: Ojala pudiera…

Su murmuro la golpeo duramente mientras hacían un paso de la coreo, allí en ese momento rodeados de gente y música y una coreografía como esta, solo a él se le ocurría decir eso.

Por un momento los dos envidiaron a Mery y Hugo, ellos no necesitaban esconderse ni saciar su sed en habitaciones de hotel, podían hacerlo libremente…

Pero claro…no tenían ni remotamente los conflictos que ellos si tenían.

Quiero ser tu heroe....

Gines: Es todo lo que pido.

Raquel sintió sus lagrimas otra vez amenazarla mientras corrían para cambiarse, toda la coreografía le había hecho pensar en todo, en lo mucho que necesitaba a Gines en su vida, entonces tomo una decisión.

Vicky: ¿Estas bien?

Raquel: Ahora no, pero lo estaré cuando acabemos.

Vicky la miro con una pequeña sonrisa mientras Mery quien también había escuchado algo se acerco a ella y le sonrió.

Mery: Haces bien.

Raquel sonrió y se marcho para salir a escena de nuevo, sabia que tenia que hacer y aunque no fuera fácil lo había aceptado, ahora solo tenia que decírselo a él.

Y cuando salió al escenario y él la sostuvo lo suficientemente cerca, Raquel le sonrió robando un beso rápido antes de sonreír.

Raquel: Esto solo acaba de empezar.

Gines sonrió y continuó bailando con más fuerza que antes, ella le daba una pequeña oportunidad y él se aseguraría de no destrozarla.

Los dos se robaron vistazos en la coreografía, buscándose y mirándose sin ningún miedo, así empezaba la aventura y solo ellos sabrían que se escondería al llegar a casa.

El Caballero de la Rosa: Capitulo 25

Capitulo 25

Raquel se encontraba en su cocina, preparando la comida con la absurda mentalidad de hacerla para dos.

Dos platos, dos cubiertos, dos vasos era lo que cubría la mesa de su cocina, estas eran las veces que peor la golpeaban, las veces que sabía que físicamente Gines no estaba con ella.

Raquel: Te echo de menos…

Como un destello, Gines apareció en la puerta principal de la casa, los nervios parecían haber hecho una reunión dentro de él mientras examinaba la puerta principal de Raquel.

¡Hazlo de una vez, idiota!

Su mente le gritaba porque llamara la besara y le hiciera el amor todo el día, su corazón estaba más que de acuerdo pero él sabia que con el carácter de Raquel eso no iba a ser tan fácil.

Gines: Vamos allá.

Raquel oyó el timbre de su puerta, extrañada de que alguien viniera a esas horas a verla, pensó en que Nicolae tenía algún encargo.

Raquel: ¡Ya voy!

Gines escucho su dulce voz mientras oía sus pasos hacia él, estaba muerto de miedo y juro que su restaurado corazón iba a salir de su pecho en poco tiempo.

Entonces la puerta se abrió y Raquel se quedo en shock mirando lo que tenía frente a ella, era exactamente como Gines solo que más musculado, con pelo corto de punta y algo de barba.

Gines: Hola…

Entonces Raquel simplemente noto que las piernas le fallaban y su mundo se volvió negro en cuestión de segundos…

Gines la cogió antes de que golpeara el suelo y la llevo dentro de la casa donde la tumbo en la cama al lado de él, presionando su espalda en el pecho de él y dejando que todo su aroma lo arroyara.

Gines: Estoy aquí para ti, Raquel…

Largo rato después, Raquel despertó pensando en el magnifico sueño que había tenido, Gines estaba en su puerta, saludándola, de carne y hueso.

Quiso llorar hasta que noto un cuerpo que cubría su espalda y se giró para ver a Gines acariciando su pelo, una sonrisa salió de los labios de él y ella no pudo hacer más que besarlo con todo lo que tenía.

Gines gruño ante lo bien que se sentían sus labios y su cuerpo sobre el de él y la atrajo hacia si mientras exploraba su boca deseoso de más.

Raque: Dime que eres tu, Gines, por favor, dime que no es un sueño.

Su tono de suplica le rompió el corazón recordando cuantas veces le dijo eso mientras era un fantasma.

Gines: Soy yo y estoy aquí para amarte y ayudarte.

Raquel sonrió como no lo había hecho en todo ese tiempo, lo tenía ahí con ella, para no volver a irse jamás.

Raquel: Te amo, Gines.

Gines: Yo tambien te amo mi amor…

Raquel lo beso y se dejaron llevar por el momento de su reencuentro, lo demás vendría más adelante ahora solo estaban ellos y su corazón.

viernes, 4 de junio de 2010

El Caballero de la Rosa: Capitulo 24

Capitulo 24

Los días iban pasando lentamente para Gines, todo lo que tenía que hacer era quedarse al lado de Raquel y mediante su, interesante, lazo, ayudarla a dominar sus poderes.

Ella lo hacia bastante bien, la verdad, mucho mejor que él cuando empezó, rápidamente supo como atacar, cuando mantener al enemigo lejos…

Pero aún así añoraba salir a batallar, luchar junto a Nicolae en batallas imposibles…ahora todo se le hacia tan…tranquilo.

Gines: No estoy hecho para esto.

Y como si fuera una petición, una luz lo inundó y apareció ante él un hombre, completamente vestido de blanco y una mirada llena de sabiduría.

Mayor: Gines, soy un mayor del consejo…nosotros estamos observándote y vemos que no estas bien aquí.

Gines suspiro, realmente, todo lo que amaba estaba bajo él, su trabajo, sus amigos y, sobretodo, su mujer.

Gines: Con todos mis respetos…es aburrido.

El Mayor lo observo con orgullo, en todos sus años, jamás conoció valentía como la de este hombre y sabía que lo necesitaban para derrocar a Karsi, Raquel lo necesitaba.

Mayor: Gines…tengo un ofrecimiento para ti.

Gines lo miro ceñudo, sabía que fuera lo que fuera, tendría que pagar un precio por ello.

Gines: Dígame.

Mayor: Te necesitamos en esta batalla Gines…así que te proponemos volver a la tierra con tus poderes y algunos más para que lideres esa guerra…

Sonaba tentador, tendría la lucha y sobretodo, volver a besar a Raquel estando vivo…

Pero seguro que había trampa.

Gines: ¿Pero?

El Mayor lo miro casi triste y supo que pasara lo que pasara, terminaría perdiendo a Raquel al final.

Mayor: Tendrás tu tiempo con tu mujer, pero al finalizar la misión…tendrás que volver y Raquel olvidará todo rastro de ti, para ella, jamás habrás existido, ni tu, ni Los Caballeros de La Rosa.

Gines sintió un dolor en su pecho apoderándose de él, lo olvidaría y sería feliz con otro hombre, mientras él la vería convertido en una sombra.

Mayor: Lo siento mucho, hijo.

Y sintió que de verdad lo sentía, sonriendo con algo de tristeza, asintió dando el beneplácito a su ofrecimiento.

Mayor: Atesora cada momento con ella, Gines…será lo mejor para recordar en la eternidad.

Gines: Lo haré.

Sin más sintió desvanecerse mientras su corazón se moría a cada latido de nerviosismo y pena.

Pero por lo menos…ella sería feliz.

martes, 1 de junio de 2010

El Caballero de la Rosa: Capitulo 23

Capitulo 23

Al día siguiente, Raquel se levantó notando una extraña presencia que rondaba su casa y estaba junto a ella en todo momento.

Camino hacia la ducha, pensando que la perdida de Gines había sido demasiado para su cabeza y se estaba volviendo loca, pero todos sus sentidos seguían alerta, pendientes de cualquier cosa.

Raquel: Estoy loca…¿Hay alguien ahí?

Gines sonrió complacido, sus poderes la alertaban de su presencia a pesar de que él era un alma que vagaba por el mundo y obviamente, no podía verlo.

Raquel sacudió levemente su cabeza y se desnudó lista para una ducha de agua caliente y espuma, justo las que más adoraba, pero echaba demasiado de menos a Gines para disfrutarla.

Gines también la añoraba, tanto, que su cuerpo reacciono viéndola sin ropa, sus pantalones se abultaron considerablemente, cosa que no llegaba a entender.

Gines: El deseo pasa la muerte…

Su único deseo era acercarse a ella, besarla y hacerle el amor en esa bañera para después quedarse con ella por toda la eternidad.

Raquel continuaba notando la presencia, pero por un motivo ajeno a ella, no le daba miedo, si no paz, parecía familiar, poderosa y con un deseo irrefrenable por ella.

Por un momento, imagino que de alguna manera, Gines la observaba, aunque fuese, como una vez le dijo Nicolae, una sombra que vaga por el mundo, pero estaba ahí con ella en todo momento.

Entonces casi sin saberlo, sus movimientos se volvieron más sensuales, imaginó que él la miraba, quiso seducirlo y si de verdad era una sombra, quería que disfrutara de la visión de ella en la bañera.

Pasaba el agua por su cuerpo y Gines tuvo que reprimir un grito para que ninguna “alta esfera” le fastidiara el espectáculo que tanto estaba disfrutando.

Raquel sonrió mientras notaba el deseo de él crecer mucho más, hasta notar que ya no sabía que hacer para parase.

Raquel: Siento que eres tú, Gines.

Gines sintió su corazón muerto volar, lo había reconocido a pesar de no verlo y sin pensarlo se acercó a ella.

Ahueco sus pechos con sus manos, trazando círculos mientras lamía su cuello, Raquel gimió en respuesta y se recostó sobre su hombro, a pesar de no verlo podía sentir la fuerza de su cuerpo debajo de ella, mientras la atormentaba.

Gines bajó su mano hasta su entrepierna y acarició su centro provocando en ella mil sensaciones.

Raquel: Oh dios, Gines…

Gines sonrió, mordisqueando su oreja, mientras mágicamente sus pantalones desaparecían y se dio cuenta que estando muerto, podía tener un par de poderes de su cuenta.

Gines: Eres tan hermosa, Raquel.

Esas palabras, dichas desde el fondo de su corazón, llegaron a Raquel dándole paz al dolor que sentía por no tenerlo a su lado.

Cuando noto que Gines la penetraba, sintió la paz que creía perdida y en cada embestida, solo era capaz de repetirle lo mucho que lo amaba.

Raquel: Te amo…, te amo, Gines.

Así llegaron a su final en un grito desgarrado de placer como no lo habían sentido nunca.

Raquel: ¿Gines?

Gines: No te preocupes…estaré bien.

Raquel: Volveré a verte.

Gines: No puedo amor, no pertenezco aquí…

A Raquel se le partió el corazón, si pertenecía ahí, con ella, para siempre, era lo único que pedía.

Raquel: ¿No podré volver a tocarte?

Gines quedo en silencio, él no lo sabia pero aunque pudiera hacerlo, al final solo les haría más daño.

A pesar de todo, rezó para tener un momento más con ella…