Capitulo 12
Gines corre por la calle en busca de la casa de Raquel con las nuevas noticias, por primera vez en su vida tiene la esperanza de vivir.
Gines: ¡Raquel! ¡Raquel!
Raquel sale de su casa algo confundida cuando ve a Gines llegar hasta ella y besarla como si la vida le fuera en ello.
Raquel: Cariño ¿Qué pasa?
Gines: Tu madre es un genio, mi amor.
Raquel: ¿Qué? ¿Cuándo has hablado con mama?
Gines: Vamos dentro.
Raquel lo mira extrañada mientras le invita a pasar y se sienta con él en el sofá, sobre sus piernas.
Raquel: ¿Qué ha pasado?
Gines: Tu madre me llamo para hablar conmigo en privado.
Raquel: ¿Y eso? ¿Por qué a mi no?
Gines: Quería probar si te dejaría a cambio de un poco más de vida.
Raquel lo mira expectante mientras agarra un poco más a su camiseta y se esconde en el hueco de su cuello.
Raquel: ¿Y que dijiste?
Gines: Que no quiero más vida si es sin ti.
Raquel levanta su mirada para encontrarse con la aplastante sinceridad en sus ojos que le hacen olvidar todo mientras se acerca a sus labios para probarlos.
El beso comienza lento, tímido y sobre seguro hasta que Gines profundiza el beso, elevando la temperatura de la habitación varios grados.
Raquel: Gines…
Gines detiene sus besos por el cuello y la mira con tanto amor que la abruma, despejando todas sus dudas sobre aquello que tanto la asusta y desea con él.
Gines: Dime mi amor…
Raquel: Continua…
Gines la mira sonriendo y continúa la línea de besos ahuecando su pecho para probarlo lentamente, desatando una locura que Raquel no conocía en ella.
Poco a poco la ropa se va deshaciendo entre sus manos tímidas, los besos y las palabras de cariño.
Raquel mira el cuerpo sobre ella, le parece tan hermoso que le asusta ser todo de ella y lo besa lentamente justo antes de que él la mire.
Gines: Raquel, te amo.
Raquel lo mira con ojos humedecidos antes de sentir como su calor se introduce en ella dándole placer y dolor en una misma embestida.
Gines espera paciente, empujándose lentamente mientras la llena de besos calmando su malestar.
Gines: Estas… ¿bien amor?
Raquel: Si…estoy bien…
Raquel le acaricia la cara y le besa al mismo tiempo que su dolor desaparece y la invade un profundo placer que la lleva al límite con cada golpe.
Gines se empuja más rápidamente, absorto en la paz que le da y entre besos le repite que jamás la dejara.
Y con esa paz, llegan al primer dulce final de sus vidas, envueltos en ternura, amor y miedo de lo incierto de su futuro.
Sin decir nada, se abrazan y duermen en paz, por fin unidos a todos los niveles y para siempre.
PRECIOSO PRECIOSO PRECIOSO ES QUE DE ALGUIEN COMO TU INMILLA NO SE PODIA ESPERAR OTRA COSA Q SEPAS Q ME HA ENCANTADO
ResponderEliminartres hurras por la suegra de Gines.
ResponderEliminarohhhhhhhhhhhhhh q bonito
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