Capitulo 20
Gines mira a las dos mujeres que tiene frente a él, sin saber muy bien que hacer.
Gines: ¿Qué dices mama?
María: Nos vamos…esto es una estupidez hijo te vas a casar con ella por cuanto ¿dos meses?
Raquel: Señora, amo a su hijo y quiero pasar cada segundo de su vida con él.
María: ¿Y quien dice que no buscaras otro amor mientras mi hijo se muere?
Raquel la mira totalmente indignada y dolida mientras se acerca a Gines que la acoge en sus brazos.
Gines: Mama, déjame vivir.
María: Pero…
Gines: No, escuchame, tu siempre has decidido que creías que era mejor para mi, pero ahora tengo que decidir yo, o morir solo o vivir este amor que tengo con Raquel y quiero estar con ella, mama por favor, me hace feliz.
María: Hijo, creeme no quiero que esta chica sufra lo que yo sufri.
Gines mira a Raquel entendiendo lo que su madre quiere decir, pero aún así, se niega a perderla.
Raquel: Señora…gracias, pero amo a su hijo, lo adoro y no…no quiero pasar un día sin él sabiendo que pronto se marchara, por favor, déjeme hacerlo feliz.
María mira a los dos jóvenes, abrazados, le recuerda tanto a ella y su marido justo antes de que…pero esta no es la misma historia, quizá…quizá para esta si haya otro final.
María: Lo siento chicos…no se que estaba pensando, os queréis y tenéis el derecho de ser felices.
Raquel mira a la madre de Gines darse la vuelta para marcharse y luego la cara de su novio, aliviada y triste.
Raquel: Señora…
María: Dime hija.
Raquel: Quédese, hay una silla para usted en esta boda.
María la mira sorprendida y sonríe asintiendo lentamente, cuando sale de allí, Gines mira a Raquel y le sonríe al darse cuenta de cómo va vestida y lo que acaba de decir.
Gines: ¿Qué es esto?
Raquel: Bueno, era una sorpresa, pero al final con tu madre la sorpresa me la he llevado yo.
Gines se ríe antes de besarla tiernamente y abrazarla mostrándole su gratitud por todo lo que hace por él.
Raquel: Gines, quiero esta boda, para ser completamente tuya ante todos.
Gines: Raquel…de verdad, eres mi ángel.
Raquel sonríe complacida besando sus labios y acariciando su cara mientras intenta evitar las lágrimas que salen de su rostro.
Raquel: Bueno cariño ¿vamos a casarnos, no?
Gines: Si, vamos.
Los dos salen de la mano, listos para el gran momento de sus vidas, totalmente conscientes y deseosos de estar unidos por un lazo que jamás se romperá.
Mañana de boda, me voy a arreglar para estar presentable
ResponderEliminarME ALEGRO Q POR FIN LA MADRE DE GINES HAYA ENTRADO EN RAZON YO HE IDO A LA PELUQUERIA Y TODO
ResponderEliminarGRACIAS INMILLA
menos mal q la madre a entrado en razon al final
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