Capitulo 27
El cansancio y las hormonas finalmente han hecho mella en Raquel, que sin quererlo queda dormida en el sofá, pensando que realmente, Gines se ha marchado y que no volverá a verlo.
Pero nada más lejos de la realidad, ya que a pesar de que su cabeza le dice que la deje vivir su vida, el corazón de Gines le grita que no la abandone, que la necesita tanto como ella a él y que podrá superar esto.
Rosa: ¿Gines? Dios mío que haces aqui con este frio.
Gines apenas mueve su cabeza para ver a Rosa arrodillarse a su lado, el frio le esta haciendo malas pasadas y ya ni siquiera siente la mano de la mujer posada en su mejilla.
Rosa: Gines entra en casa, estas congelado.
Gines: No.
Su negativa la desconcierta y no consigue tirar de él para convencerlo así que solo lo mira a la espera de que le diga algo.
Gines: Le dije a mi esposa que no me movería y no lo hare hasta que hable con ella.
Esas palabras llegan al alma de Rosa como una flecha y se levanta dispuesta ha arrastrar a su hija frente a él si hace falta.
Entretanto, Raquel despierta con los ojos hinchados del llanto previo a quedarse dormida para ver a su madre frente a ella.
Rosa: Baja ahí y habla con tu marido.
Raquel: ¿Gines? ¿Sigue ahí abajo?
Rosa: Claro que si ¿no lo sabias?
Raquel: Pensé que se había marchado cuando se lo dije…dios mío se estará congelando.
Sin decir ni una palabra más, Raquel baja las escaleras a toda velocidad y sale de casa para ver a Gines acurrucado en una farola, temblando de frio y la vista fija en su ventana.
Raquel: Gines…dios mio, que estas haciendo.
Corre hasta él envolviéndolo en su abrazo cuando una ráfaga de frio la golpea, el cuerpo de su marido esta helado.
Raquel: ¿Cariño? Venga Gines háblame.
Gines la mira levemente, moviendo apenas su mano para tocarla y sonrie cuando ve que ella le corresponde besando su mano.
Gines: Tenemos que hablar…
Raquel: Vamos a hablar pero dentro ¿vale?
Gines asiente lentamente y con la ayuda de Raquel entran en la casa, rápidamente Rosa les prepara un baño caliente y los deja solos para que hablen.
Una vez relajados dentro del agua caliente, Gines se siente un hombre nuevo mientras abraza a su mujer más a él y besa su cabeza lentamente.
Raquel: Lo siento, Gines, me precipite demasiado.
Gines: ¿Pero de verdad pensabas que sería capaz de eso?
Raquel: No mi amor, pero…no se todo era confuso, lo siento tanto, te he hecho pasar un mal rato.
Gines: No te preocupes, lo importante es que estoy contigo ahora, en esta bañera, relajados…
Raquel: Si, por cierto ¿Cuándo volveremos a ver a la niña?
Gines: Después de la operación.
Raquel sonríe dejándole un beso mientras se relaja en el agua y entre sus brazos, sea lo que sea lo que les depare el futuro estarán juntos, de eso esta segura.
menos mal q no a pasado nada y gines esta bien
ResponderEliminarQUE BIEN QUE NO HA PASADO NADA Y QUE GINES Y RAQUEL SE HAN ARREGLADO
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